BEA004
Acondicionamiento del borde portuario de Porto do Son
Emplazamiento: Avenida Galicia, Porto do Son, A Coruña - España
Fecha de finalización:30-08-2023
Tipo de obra: Paisaje
Uso/s: ["Espacio públicos","Transportes e infraestructuras"]
Dimensión: 25843 M2
DATOS DEL EQUIPO
Autor/es: CREUSeCARRASCOarquitectos. Juan Creus, Covadonga Carrasco + r v r arquitectos. Marcial Rodríguez, José Valladares, Alberto Redondo
Promotor/es, cliente/es: Portos de Galicia / Consellería do Mar / Xunta de Galicia
Equipos técnicos: Colaboradores: Sara Escudero, Alicia Balbás, Elena Junquera, Miriam Núñez, Mónica Rodriguez, Iago Otero, Laura Fernández, Alba Pérez + RVR. Andrea Vázquez Costas, Teresa García Vega, Rebeca Juncal Otros técnicos: Estructura, Féliz Suárez. Ingeniería Paisaje, Roi Martínez. Ingeniería Instalaciones, Luis Durán. Supervisión Proyecto y Dirección, Portos de Galicia (Ingenieros CCP)Pedro Urquijo y Juan A. Rodríguez. Dirección, ICEACSA Roberto Núñez (Ingeniero CCP), Juan Iglesias (Arquitecto Técnico)
Empresa constructora: Canarga (Esteban González, jefe de obra), Abeconsa (José L Rodríguez, jefe de obra)
Créditos fotográficos: Luis Díaz Díaz / CREUSeCARRASCO / r v r
ARCHIVOS
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MEMORIA
El desarrollo urbano de Porto do Son está condicionado históricamente por su situación geográfica como lugar de abrigo y puerto natural, un enclave donde el arenal de O Cruceiro se extendía por la fachada urbana del casco antiguo hasta meterse por el interior de sus estrechas calles. La peculiar configuración urbana expresa esa relación intensa con el mar y la actividad pesquera que marcan el carácter e identidad de esta villa marinera dedicada a la construcción de salazones, los astilleros de goletas o los característicos secaderos de redes y pescado a lo largo del tiempo. El antiguo puerto primitivo, A Comboa, se situaba al oeste, dando abrigo a las pequeñas embarcaciones de la época hasta que, en los años 1930, se trazó el vial junto a las edificaciones de la fachada marítima, para convertirse en el acceso principal al casco urbano y al propio puerto. Esta actuación implementaría importantes cambios en la forma de los rellenos y los nuevos edificios, y terminó consolidando una planificación bajo la lógica de la infraestructura portuaria, pero sin que se tuviese en cuenta la configuración urbana, lo que llevó a la consiguiente pérdida de identidad del antiguo puerto. Aparecieron elevados bloques de vivienda y una presencia dominante del coche, que condicionó y acaparó gran parte de la superficie del espacio urbano originario. Esta difícil convivencia entre tráfico portuario y ciudadano, sumada al aparcamiento masivo y la creciente actividad comercial de este lugar emblemático, de 25 843 m2, motivó la transformación de Porto do Son. Ordenar el acceso y separar el vial principal de la fachada urbana permitían la existencia de un gran espacio público verde y pavimentado que fomentase la relación entre el casco histórico y el puerto. Antiguos y nuevos lugares revalorizaron este proceso de interconexión con nuevas lecturas, más allá de la estrictamente funcional. O Cruceiro fue recuperado como espacio de entrada y sugerido como mirador arbolado. El muro de contención se aprovechó como paseo. La urbanización, pautada en pavimentación y arbolado, facilita nuevos usos, repensar el significado del espacio. Hormigón devastado, piedra y tierra son ahora texturas que prolongan las calles del interior hasta el mar. Se suman escalones, gradas y balcones. Cerca del mercado, una estructura de postes y vigas de madera devuelve la memoria de los secadoiros de redes como soporte de actividades ciudadanas, desde cine y exposiciones a conciertos, mercado y otras futuras. Dos grandes superficies complementan la fiesta: una libre, de piedra, y otra arbolada, sobre tierra. El paseo de borde continúa, con servicio a los pantalanes; luego, un aparcamiento y, en la zona final, el nuevo club náutico, cuya forma aprovecha el espaldón como pared para darle fin, creando un mirador hacia el monte Louro y la ría Muros-Noia.